Los primeros kilómetros de la jornada son un buen presagio de lo que nos espera. Profundos cañones labrados en las montañas nos introducen en otro mundo. Nos sentimos diminutos ante tanta grandiosidad. Estamos solos, a diferencia de los días anteriores en los que la población se había ubicado aprovechando cada metro cuadrado de terreno. El tráfico es nulo, lo que acentúa aún más esa sensación de libertad y grandes espacios.

Shek Husen es un punto en medio del mapa. Su única peculiaridad es ser un lugar importante de peregrinación para los musulmanes. Nos acercamos hasta la mezquita, bella arquitectura islámica totalmente encalada en blanco. Aquí no viene ningún extranjero y a pesar de ello, nos piden una exorbitada cantidad de dinero por entrar y visitarla, por lo que decidimos seguir nuestra ruta.

La lluvia y el sol se suceden en una especie de danza ininterrumpida. El espectáculo es grandioso y caprichoso. La iluminación es incluso irreal, convirtiendo a los campos en auténticas pinturas.

Al final, y ya de noche, entramos en Robe, a los pies de las montañas y parque Nacional de Bale. El ambiente es fresco debido a los más de 2.000 metros de altitud en los que nos encontramos. El restaurante del hotel será un buen lugar para decidir nuestra próxima etapa.

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1 thought on “Viaje a Etiopía de Mechara a Robe”

  1. Amigo Juan Antonio M.
    Ya vez te estoy siguiendo a diario, aunque no he podido acompañarte, Es genial lo que has hecho solo me quedo con las ganas de que me cuentes a la vuelta el trallecto de Harar a Mechara y el que sigue hasta Borena si es que decides a coger este trallecto.
    Bueno, solo queda desearte EXITOS y ya nos veremos a la vuelta en Addis.
    Teddy Milash (Memories Tour)

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