Por tercer día Pilar sigue con dolores estomacales y vómitos, por lo que lo mejor será que se quede descansando en el hotel. Si no mejora, tendremos que llevarla a Addis. En estos lugares las posibilidades de encontrar un médico son casi remotas.

Mientras tanto, aprovechamos para visitar el mercado de Dimeka. La ruta desde Konso se ve acompañada por una luz, un paisaje y un cielo espectaculares. En el camino nos encontramos con diferentes tribus. Los primeros los Tsemai, granjeros de subsistencia que cultivan inundando las tierras para plantar maíz y sorgo. Además disponen de ganado y colmenas para la miel, con ello se aseguran la alimentación. Los hombres llevan la cabeza rapada desde la frente a la mitad del cráneo, consiguiendo de ese modo un aspecto casi feroz. En las orejas llevan también pendientes que se cuelgan en alguno de los casi cuatro orificios de los lóbulos. El torso lo suelen llevar desnudo y se enroscan una tela en la cintura que les llega hasta la mitad del muslo. El cuello lo llevan decorado con bolitas rojas, azules, negras y naranjas. Los brazos y muñecas llevan brazaletes y pulseras color de color oro y plata que contrastan con el color negro de la piel.

En Dimeka es día de mercado. Los Hamer se acercan al pueblo. Su aspecto es impresionante con sus vestimentas confeccionadas con piel de animal y sus gruesas trenzas de pelo coloreado de rojo mediante un ungüento de tierra rojiza y mantequilla. Esta pasta  también les puede cubrir parte del cuerpo. Las muñecas y los tobillos llevan gruesos brazaletes y pulseras. En el cuello adornan collares de cobre y la piel muestra escarificaciones practicadas con cortes que luego cicatrizan con ceniza y carbón.

Algunos hombres llevan moños con arcilla que representan el haber matado algún hombre o a un animal salvaje durante el último año. También son pastores, aunque ahora su subsistencia se apoya también en la agricultura.

Es cierto el parecido de algunos utensilios y adornos con representaciones de la cultura egipcia, sobre todo una especie de cayado terminado en horquilla y los reposacabezas de madera que utilizan los hombres para sentarse y dormir.

Los poblados hamer están completamente construidos  de adobe, madera y fibras vegetales. No utilizan elementos que no sean orgánicos.

Resulta curioso verles con su vestimenta delante del mostrador de alguna tienda de Dimeka. Ellos a su vez, llevan productos fabricados en sus aldeas, como por ejemplo la cerámica que es una de sus especialidades artesanales.

Continuamos rumbo a Jinka y atravesamos el territorio de los Bena, muy próximos a los hamer, hasta el punto de contraer matrimonios entre miembros de las dos tribus.

En Jinka nos reagrupamos con Luis y Pilar ya que por fin ha mejorado de sus dolores y vómitos. Espero que por lo menos pueda disfrutar de la visita al parque nacional de Mago que haremos mañana. Allí nos encontraremos con otra de las tribus más singulares de África, los Mursi.

Etiquetas: