Retrato Musi Etiopía

Hemos pasado la noche durmiendo bajo las mantas. Para que luego me digan que estoy haciendo una locura por viajar a Etiopía en agosto. Estamos a casi 1.500 metros de altitud y eso ha sido una media de altura durante casi todo el viaje. La temperatura es buena durante el día y por la noche refresca bastante. Además, estamos en plena época de lluvias, lo que es un ingrediente añadido ya que el campo está completamente verde y la luz, sobre todo por la mañana y por la tarde, casi irreal.

Nos internamos por sierras a casi 2.000 metros de altitud. Desde la parte más alta se puede ver el espectacular paisaje dibujado por el valle del parque nacional Mago. Hacia allí es a donde nos dirigimos para ver a otra de las tribus de Etiopía, los Mursi.

A la entrada del parque tenemos que montar en nuestro coche a un ranger armado con un fusil AK 47, el famoso Kalashnikov. A partir de aquí la población vuelve a cambiar. Personajes parecidos a los que he visitado en la parte oeste del río Omo, los Surma, aparecen de entre la maleza. Con cuerpos pintados y cabezas decoradas de cuernos y de otros abalorios, parecen sacados de una película de Livingstone o Stanley. Sin embargo, estamos en el 2012 y aún hay gente con estas pintas y nunca mejor dicho.

Lo peor es que después de haber estado en otras zonas tribales de Etiopía en otros viajes y después de haber recorrido la parte sureste en lo que llevamos de expedición, los Mursi que vemos parecen parte de un parque temático y no de una experiencia real a las que estamos acostumbrados. Por desgracia estamos en la ruta turística de Etiopía y el gobierno, eso es lo que me han dicho, sólo permite que los extranjeros accedan a un poblado Mursi del interior del parque.

Se han acostumbrado a recibir dinero por ser fotografiados, lo que ha hecho que se pierda gran parte de autenticidad. En cualquier caso, esta toma de contacto con este pueblo nos permite dibujar para el futuro, otra ruta por esta región, alejada del “sota, caballo y rey” de lo que visita el extranjero que llega a este parque.

No obstante, no he podido resistir la tentación de “disparar” cuando aparecían personajes absolutamente fotogénicos. Es una especie de “body art” que ya había contemplado en las expediciones a la tierra de los Surma. Estos últimos y los Mursi están separados por el río Omo que hace de frontera natural ya que no hay puente que comunique una parte con la otra.

Los Mursi forman un grupo de unas 5.000 personas y se han hecho famosos, además de por su manera estrafalaria de vestirse, por los platos labiales que las mujeres comienzan a llevar desde los 18 años aproximadamente. Primero se hacen un corte para introducir un trozo de madera. Poco a poco irán introduciendo pequeños platos hasta llegar a uno que tiene una dimensión aproximada de 15 centímetros de diámetro. Lo ideal es que la mujer sea capaz de pasarse el labio distendido por la cabeza. Evidentemente se lo quitan para comer y dormir. Teóricamente, el origen de esta costumbre se remonta a la época en la que los árabes y los blancos buscaban a mujeres negras para llevarlas como esclavas a los mercados del norte de África. Las mujeres con los labios distendidos resultaban tan feas que nadie se las llevaba. Con el tiempo se ha convertido en un signo de belleza, por lo que cuanto más grande es el plato, más bella resulta la mujer para el hombre.

Mañana seguiremos rumbo al sur para entrar de nuevo en territorio hamer y disfrutar de la cultura de este pueblo. Nuestra idea es llegar hasta Turmi y entrar en algunas  aldeas para experimentar el modo de vida de este pueblo al que ya vimos ayer en el mercado de Dimeka. Con ellos estuve hace menos de un año y la experiencia en un poblado fue inolvidable.

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1 thought on “Viaje a Etiopía de Jinka a Mago National Park”

  1. Chimo

    Magnifico trabajo, nos encantaría acompañarte en el próximo viaje a etiopia

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