Anoche nos dijeron que el tren tampoco saldría hoy, por lo que había que pensar en un plan B. Ese plan no es otro que acompañar a Mister Heineken. Sin embargo, las cosas cambian con unos grados menos de alcohol en vena. Al ver que tenía que levarnos nos dijo que esa noche no regresaría a Ifakara, por lo que le agradecimos el ofrecimiento de la noche anterior y nos despedimos. Ahora había que poner en marcha el plan C. Y este no es ni más ni menos que alquilar a un motocarro, el típico Rickshaw de India, para llevarnos hacia las tierras pantanosas de las grandes planicies del sur de Ifakara. Una tierra en la que se encuentran algunas comunidades Masai, que nadie entiende qué hacen por allí.

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Nuestro vehículo se detiene para cruzar en un transbordador uno de los ríos. Después seguimos por pistas embarradas que nos introducen en una zona de pequeñas aldeas. Realmente lo que descubrimos son restos de un grupo étnico que poco a poco va adquiriendo elementos y costumbres desconocidos para ellos hasta no hace mucho tiempo.

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En medio de una aldea encontramos una enorme parabólica para ver la televisión, y por supuesto el teléfono móvil es para muchos una especie de apéndice del que no se pueden desprender.

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Por teléfono, Mohamed, el de la agencia de Dar Es Salam, nos informa que los trabajadores del tren han desconvocado la huelga y que el tren saldrá hoy a las 3 de la tarde. Decidimos regresar a Ifakara e intentar conseguir plaza en ese tren para así poder seguir el programa inicial.

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En la estación de tren, Gamba, el vendedor de billetes, nos dice que le llamemos después para saber si quedan plazas en primera o no. Optamos por regresar al hotel y esperar mientras nos comemos una gigantesca hamburguesa con patas fritas. No es una cosa a la que esté acostumbrado, pero hoy haré una excepción. En Guinea Ecuatorial aprendí que una de las mejores maneras de combatir la malaria es comiendo mucho.

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Gamba nos llama para decirnos que sí hay billetes, por lo que corremos a la estación para comprarlos y saber hasta dónde, ya que nos queremos bajar en algún punto interesante de la ruta. Al final sacamos billete hasta pasar la frontera de Zambia. Ahora sólo queda esperar que realmente el tren aparezca a la hora prevista, las 10 de la noche.

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