Sobre el mar de arena. Mauritania

El guelta. Mauritania

Conducimos bajo un calor más elevado de lo habitual para las fechas en las que estamos. Durante bastante tiempo hemos recorrido extensiones desprovistas de vida aparente. No hemos visto animales, ni huellas, ni ningún otro indicio que nos haga pensar que estamos en un mundo de seres vivos. En las zonas planas los espejismos parecen bailar a nuestro alrededor reflejando la grava sobre la que nos deslizamos. A nuestro paso, ésta cambia de color bajo las ruedas del coche volviéndose negra, blanca o gris. En las extensiones sin relieves, la recta línea del horizonte anula la orientación y las posiciones geográficas. El GPS es en este caso nuestro único guía. Por muy rápido que avancemos parece que nada se mueve a nuestro alrededor. La llegada a un guelta, uno de los escasos puntos de agua, psicológicamente nos relaja, aunque incluso aquí seguimos sin percibir vida animal a pesar de las huellas que nos rodean.

Huellas en la arena. Mauritania

Si estuviese caminando por encima de un cuadro, pensaría que estaba cometiendo algún tipo de sacrilegio. Algo parecido siento cuando circulamos por extensiones de una belleza que entra a formar parte de lo artístico. Miles de años de erosión han creado curvas que juegan entre lo real y lo irreal. Una perfección de crestas y ondulaciones que parecen ser fruto de complejas ecuaciones. Por eso, pienso que nuestras ruedas están violando parte de las leyes de la naturaleza. Los colores de los granos de tierra se combinan hasta formar composiciones que, aun siendo naturales, entran a formar parte del arte de lo abstracto.

La tormenta de arena. Mauritania

El desierto nos muestra toda su furia haciendo que nos sintamos seres minúsculos en medio de tanta grandeza. Las partículas de arena inundan el ambiente dibujando el escenario con un velo ocre que ofrece una visión casi irreal. Una atmósfera amenazante envuelve todo lo que nos rodea creando una auténtica galería de arte en la que hay que aprender a observar en lugar de protestar por la incomodidad del momento. En el desierto del Sáhara todo es una combinación de ciencia y arte. Millones de años parecen haber colocado los diferentes elementos que aquí se encuentran, roca, arena y acacias, en un orden perfecto y armónico. Viajar con estos ojos, hace que el viaje, la expedición, nos muestre tesoros que de otra forma nos pasarían desapercibidos.

Croma del desierto. Mauritania

 

Atrapados en el guelta. Mauritania

El desierto parece llorar. Puede que nuestra presencia provoque las lágrimas de arena que se desprenden a nuestro alrededor. Puede que los duendes del desierto nos quieran atrapar e impedir que salgamos de la belleza que nos rodea. De alguna manera me siento como una mosca atrapada por el hechizo de una atractiva planta carnívora. En cualquier caso, el precio a pagar siempre compensará las sensaciones recibidas por un espectáculo difícil de imaginar o de creer hasta que uno lo siente en sus carnes. Una vez más, los milagros del grandioso Sáhara. Cocodrilos en medio del desierto, cascadas de arena… qué más sorpresas nos aguardan?

Cascada de arena. Mauritania

Etiquetas:

22 thoughts on “La ruta de las caravanas (VII) y las cascadas de arena”

    • Juan Antonio Muñoz

      Hola Luis. Gracias por el comentario. Simplemente escribo y muestro lo que veo y siento. Un abrazo

  1. Santiago Casado

    Juana, la pasión y entisiasmo con el cuentas lo que ves es casi tan real como lo irreales parajes por los que transita.
    Enhorabuena

    • Juan Antonio Muñoz

      Hola Santiago. Espero que nos veamos pronto para poder hablar de esta experiencia. Me alegra mucho saber que estás siguiendo la expedición. Un abrazo muy fuerte.

    • Juan Antonio Muñoz

      Hola José, aunque parezca mentira, son vuestros comentarios los que me empujan a seguir viajando. Gracias

  2. José Vaquero

    El Sahara,un lugar espectacular, gracias por mostrárnoslo en todo su esplendor.
    Buen trabajo Juan Antonio.

    • Juan Antonio Muñoz

      Gracias a ti por seguirlo. Me alegro que te guste.

  3. Javi

    Hola Juanito, ya veo que siempre aprendiendo, bonitas imágenes gracias por compartir, besos a la familia

  4. Manuel municio

    Juan ,reflejas el Desierto del Sahara como nadie,estar allí es estar en otra Galaxia y es muy difícil describirlo si no estas dentro…hay que sentir su luz ,su aire,pisar su arena contemplar sus estrellas su Cielo..hay que vivir ese instante.

  5. Pepe Lorente

    Juan Antonio, cualquier comentario se vería superado por la grandiosidad de tus fotos o tu relato. No puedo decir más

    • Juan Antonio Muñoz

      Pepe, ya has dicho bastante. Muchísimas gracias.

    • Juan Antonio Muñoz

      Hola Antonio. Si mis fotografías consiguen acercar un poco más ese fascinante lugar a aquellos que no lo conocen, me doy por satisfecho.

  6. Paco

    Fantástico el relato y las imágenes. Gracias por compartirlo.

  7. Ana Rojo

    Juan, estamos Sara y yo en Fuerteventura y estas fotos son el último regalo de nuestros días de vacaciones. Nos embelesan tus fotos y queremos verlo en directo. Un abrazo

    • Juan Antonio Muñoz

      Hola Sara. Disfrutad de esas vacaciones. Mauritania siempre estará allí y yo siempre estaré dispuesto a regresar. Un abrazo

  8. Siempre me haces soñar con esas expediciones, esas fotografías maravillosas que solo tus ojos son capaces de fijar. Gracias por dejarme ver y aprender de tu sensibilidad.
    Un abrazo!

    • Juan Antonio Muñoz

      Hola Alicia. Muchas gracias por el comentario. Que tus ojos admiren lo que capto, me hace sentir la necesidad de seguir buscando, no sólo para mi satisfacción personal, sino para poder compartirlo con vosotros.

Deja una respuesta