Ayer se celebró el año nuevo etiope, hoy yo celebro el haber vuelto a nacer y el inicio de un nuevo viaje.

Salimos de Gambela por la nueva carretera asfaltada para llegar a Gore, pequeña localidad en la que se encuentra el inicio de la pista que nos llevará rumbo sur, hasta Mizan Teferi.


A pocos kilómetros de Gambela y a la salida de una curva, 7 vacas muertas en medio del asfalto. Frenamos y nos detenemos un momento. De repente, Luca mira hacia atrás y grita despavorido. Un camión a gran velocidad se aproxima hacia nosotros. Su conductor, también se ha encontrado de improviso con las vacas más nuestro todo terreno. Comienza a sortear vacas en un frenético slalom mientras intenta frenar esa mole de hierros. Debo reconocer que el choque contra nuestra trasera lo veía algo inevitable. En el último momento, y cuando ya me había agarrado preparándome para el golpe, el conductor consigue realizar un último quiebro para evitar el impacto contra nosotros. La trasera del camión, en el derrape, pasó a menos de un centímetro de del coche. Ahora creo en los milagros. A los tres que nos encontrábamos en el interior del coche nos costó reaccionar. Es increíble como se perciben las cosas cuando uno ve y siente lo peor y de repente todo pasa sin que ocurra nada malo.


Desde Gore el camino ha sido maravilloso. Un paisaje de montaña a más de 2.000 metros que me recuerda a lugares como la Fouta Djalon en Guinea Conakry o las altas selvas de montaña del interior de la isla de Bioko en Guinea Ecuatorial. Un frondoso bosque de selva adornado por brumas y neblinas que conferían al lugar un toque realmente mágico.


Los habitantes de esta zona son Oromos y Amaras, una mezcla de cristianos y musulmanes que en nada se parecen a los pueblos negroides que hemos visto en las tierras bajas de Gambela.


Llegamos a Mizan Teferi por la noche. En el hotel nos encontramos con el otro 4×4 que ha llegado desde Jima cargado de tiendas y comida. Mi amigo Magnus y su novia también llegan en el coche dispuestos a explorar las zonas tribales del sur. Una cocinera nos acompaña para preparar las comidas y las cenas. A partir de hoy no habrá hoteles. Dormiremos en tiendas y en aquellos lugares que decidamos sobre la marcha. Dependeremos mucho de las lluvias que están siendo muy intensas desde hace una semana.

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